Los niños y bebés tienen una piel especialmente vulnerable

La piel de niños y bebés es más sensible que la de los adultos, y por ello necesita una atención y unos cuidados específicos.
Durante los primeros años de vida la piel no está completamente desarrollada. Es más fina, lo que provoca que retenga peor el agua y el calor; y químicamente es menos ácida. Además, buena parte de los mecanismos defensivos de la piel de los adultos, como las glándulas sebáceas o el sistema inmune, no han madurado lo suficiente.
La piel de bebés y niños puede desarrollar patologías hereditarias y es especialmente propensa a contraer ciertas enfermedades como alergias, o verse afectada por agentes infecciosos y parasitarios.
Los dermatólogos especializados en dermatología infantil o pediátrica son los médicos responsables de tratar las enfermedades cutáneas de los niños. Visite la clínica Santanderma si está buscando un especialista en dermatología pediátrica en Santander.
Dermatólogo infantil en Santander | Patologías que tratamos habitualmente en la clínica Santanderma
La dermatitis atópica es una enfermedad muy común entre los más pequeños. Se estima que puede afectar a cerca de un 20% de niños y bebés en el mundo occidental y es de carácter hereditario. La contaminación y ciertos hábitos de vida de los países desarrollados agravan esta patología.
El síntoma principal es el picor intenso. Esto provoca que el niño se rasque intensamente, lo cual en muchos casos produce heridas y costras que a su vez pueden generar sobreinfecciones bacterianas.
En los niños el eccema atópico suele aparecer en el rostro y en los pliegues de rodillas, brazos y cuello; si bien puede desarrollarse en cualquier zona del cuerpo.
El molusco contagioso es una infección de origen vírico que se caracteriza por la aparición en la piel de pápulas similares a pequeños granos lisos de color perlado que pueden producir picor y molestias.
Se transmite por contacto directo piel con piel cuando los niños juegan, mediante toallas o más frecuentemente a través del agua de la piscina contaminada.
Conviene tratar las lesiones con un dermatólogo infantil debido a su alta contagiosidad y la posibilidad de que la infección se extienda o reaparezca en el propio paciente.
El impétigo es una infección de origen bacteriano que se caracteriza por la aparición de pequeñas llagas o ampollas rojizas que se llenan de pus y al cabo de pocos días se abren y forman gruesas costras de color miel.
Puede tratarse con antibióticos, Led-Láser frío y requiere que el niño cuide especialmente la higiene.
Los angiomas son lesiones cutáneas de color rojizo que se producen por alteraciones de los vasos sanguíneos de la piel. Son conocidos popularmente como “manchas de nacimiento” ya que suelen aparecer al poco tiempo de nacer.
Es habitual que crezcan durante el primer año de vida, pero en la mayor parte de los casos tienden a desaparecer con el paso de los años, si bien pueden dejar alguna cicatriz o cambios en la pigmentación de la piel.
Una mancha en Vino de Oporto es una mancha plana de nacimiento de color rojizo o azulado, de forma que parece que se ha derramado o hay salpicaduras de vino tinto en la zona afectada. Se debe a una malformación de los vasos sanguíneos de la piel. Afecta afecta frecuentemente a un lado del rostro.
Es una enfermedad poco frecuente que conviene tratar lo antes posible (mejor siendo bebé), ya que con el tiempo las lesiones se extienden y forman nódulos.
Si se espera a que pase el tiempo, aumentarán las posibilidades de que sea necesaria la anestesia general, debido al mayor tamaño de las lesiones y al miedo que puede producir en el niño el láser utilizado para tratarla.
Las infecciones por hongos son frecuentes en dermatología pediátrica.
Los síntomas y molestias varían dependiendo del hongo implicado, siendo habituales las placas blancas o enrojecidas. En determinados casos estas infecciones se contagian con facilidad, debido en buena medida a que los niños tienden a estar muy en contacto entre ellos, jugar con mascotas, chupar objetos, andar descalzos en piscinas, etc.
El hongo llamado Cándida está involucrado en la dermatitis conocida como «dermatitis del pañal«, que es muy común en los bebés. La humedad y la excesiva exposición de la piel del niño a la orina y las heces favorecen esta infección.
Las verrugas, conocidas popularmente como papilomas, ya que el virus que las produce se llama papilomavirus, afectan con frecuencia a los niños.
Son lesiones infecciosas muy contagiosas que se transmiten por contacto directo piel con piel cuando los niños juegan, mediante toallas o más frecuentemente cuando el niño pisa descalzo el suelo contaminado de piscinas y gimnasios.
Suelen aparecer en manos y pies, pero también pueden hacerlo en otras partes del cuerpo.
Los piojos son unos parásitos muy contagiosos exclusivos de los seres humanos que causan un gran picor en el cuero cabelludo.
Provocan que el paciente se rasque con gran frecuencia e intensidad, lo que aumenta la posibilidad de que aparezcan sobreinfecciones, sarpullidos, costras y supuraciones.
Es muy frecuente su transmisión entre grupos de niños en colegios o cuando realizan alguna actividad colectiva.
En la Clínica Santanderma tratamos otras muchas afecciones relacionadas con la dermatología infantil y le ofreceremos consejos para cuidar y proteger la piel de su hijo de la mejor forma posible.