¿Qué son los lunares?

- Los lunares son pequeñas manchas o pápulas pigmentadas que están constituida por acúmulos de células névicas cargadas de melanina.
- Pueden localizarse a cualquier profundidad de la piel (epidermis, dermis o, con menos frecuencia, en el tejido subcutáneo) y en todo el cuerpo.
- Al nevo melanocítico popularmente se le denomina lunar. El origen de esta palabra es debido a que se atribuía la aparición de estas manchas al influjo de la Luna.
Todas las personas tienen algún tipo de lunar en su cara y cuerpo, algunas de ellas pueden tener riesgo de desarrollar un melanoma. Por eso es muy conveniente acudir siempre al dermatólogo si ve algún lunar que ha comenzado a aumentar de tamaño, ha cambiado de color, de forma o contorno y si ha surgido alguno nuevo con mal aspecto. Esto último es muy importante porque hasta el 70-75% de los melanomas aparecen en piel aparentemente sana, mientras sólo el 25-30% aparecen en lunares preexistentes. De hecho, es más que recomendable pasar una revisión con un dermatólogo al menos una vez al año para despejar dudas respecto a la naturaleza de sus lunares (benigna, maligna), su evolución y orientar su caso.
Los lunares aparecen normalmente después de los dos o tres años de vida, aumentan en cantidad durante la adolescencia y alrededor de los 35 años su proliferación se detiene. Mientras en los hombres suelen formarse en el rostro, los brazos y el tronco, en las mujeres aparecen también en el abdomen y en las piernas. Existen muchos tipos. Algunos de ellos pueden irritarse o tornarse malignos:
- Lunar común o nevo yuncional:
Es el más frecuente, aparece entre los dos y cuatro años de vida. Es benigno y su tamaño y color puede declinar a partir de los sesenta años. Una persona normal suele tener entre veinticinco y treinta lunares de este tipo.
- Lunar o Nevo intradérmico:
Crece en la dermis, está formado por una gran cantidad de células y es protuberante. Se ubica principalmente en la nariz, en las mejillas y en el cuello. Suele ser benigno pero puede sufrir roces y golpes que causen dolor y molestia.
- Lunar peligroso o Nevo atípico displásico:
Se da mayormente en personas de piel más blanca, con pecas y ojos claros. Tiene los bordes irregulares y es de color café claro o café rojizo. Suele aparecer en forma única o múltiple en el pecho o espalda. Un pequeño porcentaje tiene potencial de malignizarse, siendo así un posible precursor del melanoma. Factores externos como la exposición solar excesiva pueden hacerlos degenerar. Deben ser examinados siempre por un dermatólogo y es muy conveniente que sean monitorizados mediante dermatoscopia manual o dermatoscopia digital computerizada. De acuerdo a los resultados de estos exámenes, algunos deben ser extirpados como tratamiento preventivo.
- Lunar inflamado:
De causa traumática, por ejemplo debido al roce de la ropa mientras se hace deporte. Por lo general, la molestia o picor dura poco. A veces puede irritarse sin motivo aparente, enrojecerse e inflamarse. En este caso hay que consultar a un dermatólogo, porque la malignización suele empezar con estos síntomas.
- Nevo melanocítico congénito:
Son “lunares” que aparecen al nacimiento y pueden llegar a tener un gran tamaño (muchos centímetros). Suelen tener pelos. Tienen bajo riesgo de malignización, por eso deben ser vigilados por el dermatólogo.
En nuestra Clínica Santanderma controlamos y diagnosticamos perfectamente los lunares sospechosos por ser especialistas en Dermatología y porque usamos las mejores tecnologías, por ejemplo el dermatoscopio digital computerizado Fotofinder.

Mapeo digital de lunares: un poderoso avance contra el melanoma
Éste es un sistema informático que permite el almacenamiento, análisis y seguimiento a largo plazo de imágenes fotográficas clínicas y dermatoscópicas de los lunares. Con el nuevo sistema de Fotofinder, además podemos obtener imágenes de toda la piel de una manera sistemática y estandarizada mejorando así de manera evidente las posibilidades de detectar cambios y nuevas lesiones en la piel durante el seguimiento.
Los nevos problemáticos y aquellos que empiezan a sufrir cambios que aumentan el riesgo de sufrir futuros melanomas los extirpamos mediante Cirugía.
Para el resto es muy importante evitar, en la medida de lo posible, la exposición solar y el uso de cremas hidratantes y protectores solares.
Evolución, envejecimiento y cáncer de piel
Claves para detectar «lunares malignos»
De izquierda a derecha: benigno y maligno respectivamente.
Regla del ABCDE:
A – Asimetría:
IZQ: son circulares y planos. DER: son irregulares, con mayor volumen en ciertas zonas.
B – Bordes:
IZQ: parecen una circunferencia casi perfecta. DER: tienen los bordes dentados, con salientes y entrantes.
C – Color:
IZQ: son de un color, generalmente, café oscuro al centro y más claros en la periferia. DER: tienen más de un color, como café y negro y, en ocasiones, zonas blancas, azuladas o rojizas.
D – Diámetro:
IZQ: generalmente son pequeños y miden de dos a tres milímetros. DER: crecen rápido y pueden llegar a medir más de seis milímetros.
E – Evolución:
IZQ: crecen lentamente un tiempo y luego se detienen. DER: crecen rápidamente sin parar, incluso en menos de tres meses pueden experimentar cambios notorios.
¿Qué hacer frente a la sospecha de un “lunar raro”?
- Acudir a consultarse con un médico especialista en Dermatología.
- En Clínica SANTANDERMA le realizaremos un examen con el dermatoscopio digital computerizado: con este aparato observamos los lunares mediante una cámara conectada a un computador con un software.
- Conseguimos un «mapeo» de toda la piel y obtenemos más de 40 variables propias de cada lunar, con imágenes de alta definición. Además nos calcula automáticamente un puntaje por potencial de malignización.
- El sistema permite evitar muchas biopsias. El proceso puede durar unos treinta minutos. Las fotografías macro y microscópicas quedan almacenadas en el aparato por lo que se podrán comparar con otras nuevas fotos que se hagan en el futuro y así saber mejor su evolución.
- Biopsia-Excisión: la realizamos si alguna de las imágenes analizadas tiene una alta puntuación que pueda hacer sospechar su futura evolución a melanoma. Previa inyección de anestesia local, extirpamos parte o todo el lunar, dependiendo de su tamaño y localización.
- Si la lesión es un melanoma lo extirpamos completamente, junto con un margen de seguridad de piel sana alrededor, a través de una cirugía realizada con bisturí.
- La pieza extirpada se envía a un patólogo para ser analizada al microscopio. En pocos días tendremos el resultado. Una vez obtenido éste, el paciente vuelve a la consulta para explicárselo.
La manera más efectiva de proteger los lunares es usando todos los días y todo el año (no sólo en verano) protector solar, como mínimo de 30, cada mañana. Se debe reaplicar en caso de sudoración o baño sino es a prueba de agua. Aquellos que estén largas horas expuestos al sol deben usar un filtro espeso.
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